A MI VIEJO LE GUSTABA EL TANGO, A MI LA TANGA.

Borges decía que es fama que no hay generación que no incluya a cuatro hombres rectos que apuntalan el universo y lo justifican ante el Señor.

Cuatro hombres rectos por cada generación que no se conocen entre si pero que sus obras justifican la existencia de todos nosotros.

No se quienes son los tres restantes pero no me cabe la menor duda uno, para mi el primero es Carlos Ficcardi, este prohombre de origen genovés digno hijo de Cristóbal Colón es el inventor de la tanga, o el tanga.

Si bien Ficcardi se inspiró en la prenda utilizada por la tribu pigmea angoleña de los Qumbudú, si no hubiera sido por este insigne italiano los únicos culitos que la lucirían en la actualidad serían los de las pigmeas, que encima de ser pocas son tan bajitas que no las podríamos apreciar.

A él de debemos mucho mas de lo que creemos, su invento se remonta al año 1974, como dije ya otras culturas usaban algo similar como el fundoshi japonés, pero el que lo popularizó fue este insigne genovés.

Si bien los primeros culos en lucirla fueron los de las brasileñas, al poco tiempo ya se estaba enseñoreando por todo el orbe.

La misma consiste en una prenda interior que sustituye a la braguita, pantaleta, o bombacha, cuya parte trasera va de una cuerda en cuyo caso se la denomina hilo dental a una tira de unos pocos centímetros dejando en libertad a los glúteos o cachas.

Su denominación varía dependiendo del lugar en Sudamérica se lo llama cola less, los ingleses la denominan thong o g-string si es mas delgado, si bien en un primer comienzo fue asociada con la pornografía y con las prostitutas al poco tiempo se popularizó su uso.

Las ventajas son abrumadoras, desde el shock erótico que produce cuando vemos por primera vez un lindo tujes con esta lencería, la practicidad en el caso de uso de pantalones o faldas claras, y la comodidad para la portadora, aunque convengamos que en los casos de los denominados "culos cometrapo" se puede tornar un poco incómodo.

Además esto ha traído aparejado cambios hasta en las toallitas intimas las que ahora vienen con "alitas" para poder sujetarse en tan poco espacio y produce consecuencias similares a la teoría del efecto mariposa del cual ya me he extendido en un post anterior donde el aleteo de una toallita puede producir un paro cardíaco en un semejante.

Herman Hesse decía que el momento en que por primera vez un hombre le desabrocha el soutien a una mujer, ese instante a uno le queda grabado por siempre, es cierto eso pero también el momento mágico en que suavemente deslizamos la tanga tiene algo de ritual iniciático, ya no hay vuelta atrás, es cruzar el Rubicón.

Y esto me recuerda a una dama que tenía tatuado ahi adelante bajo la tanga la frase "insert the coin" y atrás "game over" pero esa historia merece otro post.

Sea como fuere el noble Carlos Ficcardi ha ingresado por lo menos para mi en Salón de los Héroes de la Humanidad y vaya desde acá mi humilde homenaje.

(Dedicado a Limada)