sábado, 31 de julio de 2010

LOS LUDDITAS


Los Ludditas fue un movimiento obrero inglés de comienzos del Siglo XIX que se organizaron contra la explotación capitalista, recurrían a la destrucción de las máquinas industriales, fue la reacción desesperada ante la nueva cara del incipiente capitalismo salvaje, salvaje por cuanto como nuevo fenómeno en bruto este se presentaba tal cual era.

Hasta ese entonces la gran mayoría de la población se dedicaba al trabajo en el campo, o eran jornaleros en las ciudades o se dedicaban al trabajo artesanal.

Las familias eran numerosas y los hijos ayudaban en las labores a los padres, sobre todo en el campo en actividades compatibles con su edad.

Al producirse el fenómeno de la Revolución Industrial con el empleo del vapor como fuente de energía, se dio el fenómeno de la emigración de la población rural a las ciudades en búsqueda de sustento, ya que las transformaciones hacían imposible la vida en el campo tal cual como había sido durante siglos.

Así fue como una nueva clase los proletarios comenzaron a sobrevivir hacinados en las ciudades que no contaban con una infraestructura que pudiera dar contención a los cientos de miles de personas que se establecieron en ciudades como Londres, Mánchester, o Liverpool.

De pronto miles de mujeres y niños desde los 5 años de edad eran contratados por una paga miserable en las nuevas fábricas, los niños eran especialmente buscados por cuanto sus pequeña contextura era ideal para determinadas actividades, y la familia se disgregó.

Las máquinas hilanderas jamás se detenían, inclusive se debía comer mientras se controlaba la línea de telares, parir bajo estas máquinas era algo usual, dado que la desesperación y la necesidad hacían que se trabajara hasta el último momento, una vez parido se debía seguir trabajando, la otra opción era el despido.



Así fue como ante este nuevo mundo, este nuevo sistema de vida un grupo de trabajadores se unió con la idea que destruyendo las máquinas que ahora reemplazaban el trabajo artesanal quizás se pudiera volver atrás, a esa otra vida perdida.



El ciclo del movimiento Luddita comprende aproximadamente del 1811 a 1820, el nombre de los Ludditas deriva al parecer del de Ned Ludd, o Lud, un trabajador que en el 1779 habría roto telares de medias para protestar contra la mecanización de la industria.

Los ataques Ludditas comienzan en febrero de 1811, durante ese año se suceden y extienden, primero entre los tejedores, luego en otras ramas de trabajadores fundidores, hilanderos, mineros, actúan en grupos con objetivos precisos y víctimas escogidas, y combinan la acción con recolecciones de fondos para ayudar a los trabajadores desempleados. El pueblo los apoya.

Rápidamente las clases dominantes organizan la reacción. El 27 de febrero de 1812 la Cámara de los Lores sanciona el "Frame-breaking bill" (ley de pena de muerte por destrucción de máquinas).

El poeta Lord Byron integrante de la Cámara de los Comunes se opone en vano a esta ley con una encendida defensa de los Ludditas: "Estos excesos obedecen a un estado de miseria jamás conocido que no he visto jamás, ni bajo el más despiadado despotismo de un gobierno mahometano".

El ejército movilizó a diez mil soldados. Se destierran a alugnos dirigentes a Australia y otros cientos de Ludditas son colgados.

A comienzos de 1820 el movimiento Luddita había sido eliminado.

Los Ludditas utilizaban los ataques a máquinas como forma de coacción sobre los capitalistas para obtener mejores condiciones salariales o de trabajo.

Fue una de las primeras reacciones del movimiento obrero organizado, los Ludditas no renegaban de toda la tecnología, sino de aquella que representaba un daño moral al común, y su violencia estuvo dirigida contra los símbolos de la nueva economía política triunfante, veían como la representación del mal, el origen de todas sus miserias en esas odiadas máquinas que reemplazaban el trabajo artesanal.



Hoy en día se cierne sobre nosotros los hombres un nuevo peligro que trae aparejado consecuencias que posiblemente cuando nos demos cuenta ya sea demasiado tarde, me refiero a las odiadas "fuckmachines" o máquinas de cojer.



Corremos serio riesgo de ser reemplazados por máquinas de placer, si esto se extiende nuestro trabajo artesanal va a quedar en el recuerdo.



Lo peor es que estas máquinas para uso de las mujeres son fabricadas por hombres necios que no comprenden que son los artífices de nuestro propio fin, pero esto no es nuevo, ya Lienin había profetizado que: "El día que vayamos a ahorcar a los capitalistas, ellos se van a pelear por vendernos las sogas".



Admito que muchos de nosotros más de una vez hemos sido comparados con aparatos, pero de ahí a que nos reemplacen por frías máquinas es un horizonte de pesadilla.

Está bien que estas máquinas no dejan la tapa levantada, no ven fútbol ni dejan el baño hecho un desastre después de bañarse, tampoco rompen las pelotas cuando se enferman, no tienen celos, ni histeriquean, ni después de hacerlo se quedan dormidos, o preguntan "si son los mejores que han cononcido", o peor aún nunca dicen: "te juro que es la primera vez que me pasa", o "no sos vos, soy yo".


Por eso hago un llamado desde este valiente blog a unirnos en la destrucción de estos ingenios del demonio antes que sea demasiado tarde, porque una cosa eran los simpáticos dildos con los que podíamos interactuar.



Pero otra cosa son estas máquinas infernales que lograrán desplazarnos definitivamente.

Recuerden estas palabras: "El día que estas máquinas además de cojer sepan preparar asados, nosotros los hombres despareceremos como lágrimas en la lluvia".

Los Ludditas son un recuerdo, no seamos nosotros el próximo.


Dedicado a Jazmín