LA LEYENDA URBANA DE LA CHICA DEL CEMENTERIO

La historia que voy a contar es cierta porque le ocurrió a un amigo mío, y es una persona digna de confianza, el tema es así, no voy a decir quien es dado que es una persona reputeada, cuando me la contó me dijo que de solo recordarlo le daban unos terribles escalofríos, luego de insistir al final comenzó el relato.

Mi amigo me contó que allá por el año 86 iba a bailar a un lugar que quedaba por Ezeiza, el relato sigue así:

Era una noche fría y ahí al poco de haber entrado me encontré con una chica muy linda creo que lo que mas me llamo la atención fue su blanca palidez, y el contraste con su pelo negro con su pantalón y remera negra, tenía muy lindo cuerpo, buenas tetas y mejor orto, en resumen parecía una chica muy simpática, ni bien llegué ya me estaba mirando, asi que fue fácil, me acerqué y le dije de bailar, aceptó enseguida, bailamos un rato y después nos fuimos a tomar algo, la cosa fue que nos sentamos y empezamos a hablar me contó que se llamaba Andrea y que vivía con la mamá por la zona sur, mas precisamente en Ezpeleta.

Al rato ya nos estábamos besando le agarré las tetas y cuando le mandé una mano por abajo me paró en seco y me dijo que mejor no que ya era tarde, que si quería nos podíamos ver sábado siguiente, me dió el número de su teléfono y me dijo que tenía frío que si le podía prestar la campera* de cuero negra, se la puse sobre los hombros y bueno me ofrecí para llevarla a su casa.

Durante el viaje seguimos charlando hasta que llegué me acuerdo a la Avenida Mitre en Ezpeleta y me fue guiando hasta que llegamos al portón del cementerio, ahí me sorprendió porque me dijo que parara el auto que se quería bajar ahí mismo.

Paré el auto, estaba bastante oscuro y no había nadie por la calle, le pregunté si estaba segura que quería que al dejara ahí y me dijo que si que vivía cerca de ahí pero que no quería que los vecinos la vieran bajar de un auto a esa hora, me convenció y me dijo que no fuera tontito y me dió un beso, cuando se bajó me di cuenta que se llevaba mi campera, le iba a decir que me la devolviera ya que adentro tenía plata y el encendedor de oro pero pensé, mejor así la tengo que ver si o si el sábado que viene, total antes de bajarse me mostró la casa donde vivía en frente del paredón del cementerio, la vi doblar la esquina y me fui.

Al sábado siguiente fui a la casa a buscarla ya que había estado llamado y no me había contestado nadie el teléfono, cuando llegué me atendió una señora y cuando pregunte por Andrea la señora me miró aterrada se puso pálida y me dijo que ella no tenia ninguna hija que se llamara así, pero que no era la primera vez que pasaba eso. Me contó que había una mina en el barrio que se dedicaba a chorearle* camperas a los pelotudos como yo y que ese sábado ya habían venido mas o menos unos cuatro nabos que también les había afanado* las camperas. Me preguntó si tenía los documentos en la campera y le dije que no salvo plata y el encendedor, entonces me dijo que bueno que al final de cuentas solo había perdido una campera de mierda y me cerró la puerta en la cara.

Le pregunté angustiado que podía hacer yo ahora y ella me contestó del otro lado de la puerta:

-Y yo que mierda se, no se pibe inventate una de fantasmas, pelotudo!!!!!.”

Y ese es el final del relato.

Cuando le pregunté por qué le daba escalofríos recordar esa anécdota, ya que no tenía nada de sobrenatural me contestó mirándome muy fijo a los ojos:

- Porque hace frío y ya no tengo la campera de cuero negra con corderito!.

* Campera: cazadora, chupa, chamarra (gracias María)

* Chorearle, afanar, robar

(Dedicado a Calavera)

(Foto enviada por Malena)