LOS MUNDOS SUBTERRANEOS O EL REINO DE LAS HADAS

SONNE * RAMMSTEIN

Según cuentan las leyendas y tradiciones irlandesas las hadas son descendientes de los tuatha dé danann, que eran los antiguos habitantes de la Isla Esmeralda, los cuales tras la invasión por parte de los gaélicos provenientes de España fueron arrojados al inframundo es decir al mundo subterráneo.

Así fue como los tuatha se tuvieron que replegar y refugiar en los sídhe, que no tiene nada que ver con la SIDE (ya que tuatha son seres inteligentes y los cabeza de lata de la Inteligencia del Estado de la Argentina no lo son, ya que por el contrario estos son una contradicción en si mismos o un oximorón, inteligencia y Estado jamás pueden ir juntos) los sidhe son los lugares desde donde se puede penetrar en los reinos ocultos de las hadas, también llevan este nombre las hadas de Irlanda y Escocia las que son conocidas como las daoine sídhe.

Las míticas regiones internas o Cnocs son el lugar donde habitan comunidades feéricas, el mas conocido de los sidhe es el de Knockma, este lugar onírico se encuentra en las profundidades de la tierra, traspasando los portales mágicos, y allí adentro encontraremos a Fínvara el rey de las hadas, esos portales están llenos de magia y nos transportan a mundos subterráneos desde donde seguramente no querríamos volver a salir nunca mas.

Este mundo subterráneo es un lugar de ensueño, donde todo es felicidad y que si tenemos la suerte de entrar ya nunca querremos dejar, algo así como el verdadero paraíso en la Tierra.

Por supuesto para idear esto y creer es necesario haberse agarrado cada tanto una buena borrachera con litros y litros de cerveza o whisky irlandés, hay un dicho que dice que Dios inventó la cerveza para que los irlandeses no dominaran el mundo, yo por ejemplo -y con otra bebida alcohólica- puedo dar fe de visiones oníricas ya que una noche vi a los dos gusanitos de una botella de Mezcal como me cantaban las Mañanitas de Rey David, y esto lo puedo jurar por lo que mas quiero que es cierto.

En Asturias también se conservan tradiciones similares respecto a la hadas, es mas mis amigos Daniel y Severino pueden dar fe de mis dichos, ya que ahí es donde en determinadas noches las xanas bailan presididas de la Xana Mega iluminadas por la luna en la región del Bierzo, ya que es fama que salen en determinadas noches de interior de la tierra.

En Galicia también está la tradición de las Islas del Paraíso donde no existe el dolor y todo es hermoso y tanto en Galicia como en Irlanda existe la tradición que la novena ola es la que separa a esta dimensión terrenal de dolor y penurias con el otro mundo, de ahí que en la Lanzada en Galicia, las mujeres que desean concebir un hijo hace golpear su cuerpo contra nueve olas sucesivas.

Acá en el Gran Buenos Aires existe también la tradición la cual sostiene que si una mujer desea no solo concebir sino directamente ser accedida sexualmente, debe salir pasadas las doce de la noche por determinadas localidades de la zona sur del connurbano, y en ese viaje puede ocurrir cualquier cosa desde que se le aparezcan seres mitológicos amerindios a extraterrestres.

Yo he tenido la suerte de conocer hadas de las buenas y también de las malas, respecto a esto hay un detalle que desde chiquito me llamó la atención, y es que siempre cuando yo veía algún dibujo animado del sádico hijo de remil putas de Walt Disney notaba que las hadas malas, o también los personajes que encarnaban a las malas del cuento eran mucho mas sexys y sensuales que las pelotudas de las buenas como por ejemplo Blanca Nieves o la Bella Durmiente, el Hada Maléfica y la Reina madrastra de Blanca Nieves vestidas con ropa ajustada de color oscuro y con los ojos muy pintados de negro y los labios bien rojos sumado al carácter fuerte siempre me resultaron mas sexys que las buenas del cuento.

Quizás esas brujas y hadas malas pero sexys fueran en mi afiebrada y joven mente el origen, la matriz de la pasión por los tacos aguja y los bodys de cuero en las mujeres.

Posiblemente esa en parte sea la explicación de muchas cosas que me pasaron en la vida.

No hay caso, a mi siempre me gustaron las malas.