LA BELLA DURMIENTE

Himno de Riego

Había una vez un pequeño reino ubicado en un valle de los Alpes. El reino era gobernado por un rey indolente y pelotudo que a lo único que se dedicaba era a participar en partidas de caza y organizar bailes fastuosos, también gustaba vestirse de mujer y salir junto a su grupo de efebos a recorrer el reino, como había hecho anteriormente el rey Enrique III de Francia.


La reina tenía una colección de amantes y favoritos, los cuales competían para obtener prevendas y cargos importantes en el gobierno y en el ejército.


Pero dado que al rey no le gustaban las mujeres la posibilidad de dejar descendencia se había vuelto una cuestión de estado. El problema lo solucionó la reina quedando embarazada de uno de sus favoritos, el que desgraciadamente murió en circunstancias un poco extrañas, dado que fue confundido con un jabalí en una partida de caza y traspasado por la pica del rey y sus favoritos.

Así pasaron los meses hasta que finalmente la reina tuvo una hermosa hija, a la que pusieron de nombre Patricia.

Las campanas del reino replicaron, se organizaron festejos que dejaron exhaustos las arcas del reino, debido a esto se aumentaron los impuestos que como era costumbre los afrontó el pueblo, ya que tanto el clero como los nobles estaban excentos.

El día del bautismo se hicieron presentes los nobles de los reinos vecinos, hasta las hadas madrinas Efedrina, Cocaína y Mezcalina asistieron, no así el hada Heroína que como era crítica del sistema monárquico se le prohibió la entrada.


Eso no impidió que Heroína arengara al pueblo desde la plaza del mercado a terminar con la monarquía.



Por ello Heroína fue detenida llevada a las mazmorras y torturada.



Dicen que antes de morir maldijo a la casa real y predijo que cuando llegara a ser señorita la princesa Patricia moriría al pincharse con una rueca.



Demás está decir que todos los presentes rieron a mas no poder, dado que como todos saben los nobles no realizan trabajos manuales, y menos trabajan, asi que la maldición por lo tanto era imposible de cumplirse.

La princesita Patricia con el tiempo resultó ser una hermosa niña indolente como su madre, que como buena noble no hacía absolutamente nada, salvo salir en esas revistas pedorras dedicadas al "No hacer" de la nobleza.



Por las dudas y siguiendo el consejo del Obispo se quemaron todas las ruecas y los telares llevando al reino a la pobreza, ya que su principal producto exportable eran los textiles como los tapices y lienzos.

Quizás por esto o porque al final el pueblo se cansó de tantos abusos, finalmente un día del mes de octubre la gente tomó por asalto el Palacio de Invierno y pasaron a degüello a todos los nobles, demás está decir que la misma suerte corrió el clero cómplice.

El problema era que la incipiente República se encontraba rodeada de reinos que una vez que se enteraran de la matanza de nobles y del alto clero tomarían represalias, por ello fue que los líderes elegidos por el Comité de Salvación Pública decidieron hacer correr el rumor que un raro sortilegio había sumido en el mas profundo sueño a todos los nobles y que solo por medio de un beso de amor dado a la Princesa Patricia a la que convenientemente bautizaron La Bella Durmiente lograría despertar a los nobles.



Fue así que la República sobrevivió y se hizo fuerte, el pueblo comenzó a vivir mejor, los impuestos fueron reducidos a su justa proporción e invertidos en salud y educación, y todos los bienes del clero y la nobleza fueron distribuidos entre el pueblo.

Eso si cada tanto llegaba algún Príncipe pelotudo y desprevenido con la intención de besar a la Princesa, y de ser posible garchotearsela pero rápidamente los ciudadanos prolijamente lo vejaba y después era ajusticiado en la Plaza del Mercado.



Y así pudo sobrevivir este pequeño enclave republicano rodeado de regímenes donde la monarquía y el clero seguian oprimiendo a sus pobres súbditos.

Y colorín colorado este cuento se ha terminado.